PASIÓN EN EL PROCESO
- Alejandro Burrone
- hace 3 minutos
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PASIÓN EN EL PROCESO
Bienvenidos al Devocional Despertando Con Dios del 3 de Septiembre.
Tema: AMOR. Clave: ENTUSIASMO.
Mensaje del día: El entusiasmo por nuestra fe impulsa una pasión que transforma el proceso de crecimiento espiritual.
Basado en el versículo bíblico de COLOSENSES 3:23 que dice: Y todo lo que hacéis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.
Enseñanza: Un corazón entusiasta nos permite servir con alegría y dedicación en todo lo que hacemos.
Experiencia Bíblica: Nehemías, al reconstruir los muros de Jerusalén, encendió un entusiasmo colectivo en el pueblo que unió esfuerzos y mejoró su comunidad, mostrando que el entusiasmo puede inspirar y traer cambios positivos.
Vivencia reciente: Ruddy, durante un taller de desarrollo personal, habló de su entusiasmo por seguir su pasión, motivando a los demás a perseguir sus propios sueños. Su energía e inspiración fueron contagiosas, creando un ambiente de transformación y crecimiento.
Oración: Señor, llena mi corazón de entusiasmo por Tu obra, permitiéndome servirte con alegría y dedicación.
Acción: Aborda cada día con entusiasmo, permitiendo que la pasión por Dios invada cada tarea que realices.
Reflexión: El entusiasmo genuino por la vida de fe sorprende al impactar tanto nuestra vida como las de aquellos a nuestro alrededor, creando una corriente de transformación y crecimiento espiritual.
Estudiemos en detalle las siguientes 2 Concordancias Bíblicas para ampliar el concepto:
FILIPENSES 4:13
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
GÁLATAS 6:9
No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo cosecharemos, si no desmayamos.
Eco Espiritual:
La pasión encendida por la fe convierte cada tarea en un acto de amor y servicio genuino. El entusiasmo nos impulsa a perseverar aun en medio de los desafíos, recordándonos que todo lo que hacemos es para Dios y no para los hombres. Cuando servimos con un corazón alegre, nuestra vida se transforma en un testimonio que inspira a otros a encender su propia llama espiritual. Cada paso dado con entusiasmo abre caminos de bendición y crecimiento. Así, el proceso deja de ser carga y se convierte en una oportunidad de vivir la fe con gozo y propósito eterno.
Dios nos bendice hoy y siempre.
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