REGALO DE DIOS
- Alejandro Burrone
- 20 oct
- 2 Min. de lectura
REGALO DE DIOS
Bienvenidos al Devocional Despertando Con Dios del 19 de Octubre.
Tema: PAZ. Clave: TIERRA.
Mensaje del día: La tierra es un preciado regalo de Dios, maravillosa en su abundancia y digna de cuidar.
Basado en el versículo bíblico de SALMO 24:1 que dice: Al Señor pertenece la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan.
Enseñanza: Conservar la belleza de la tierra honra a Dios, quien la dio en generosidad para disfrute y mayordomía.
Experiencia Bíblica: En el Génesis, Dios confirió a Adán y Eva el cuidado de la tierra, estableciendo el modelo ideal de responsabilidad y administración que aún seguimos.
Vivencia reciente: Pedro Ángel descubrió un profundo respeto y sentido de conexión al iniciar un proyecto de reforestación en su comunidad, educando sobre la importancia y crecimiento de la naturaleza dada por Dios.
Oración: Dios creador, ayúdame a valorar la tierra y ser su fiel guardián, apreciando su abrumadora belleza.
Acción: Participa activamente en el cuidado del medio ambiente, reconociendo en cada acto la riqueza y responsabilidad hacia la creación de Dios.
Reflexión: Valorar y cuidar la tierra se convierte en un constante acto de adoración, sorprendiéndonos siempre con su abundancia y la responsabilidad intrínseca que nos lleva a proteger sus maravillas espléndidas.
Estudiemos en detalle las siguientes 2 Concordancias Bíblicas para ampliar el concepto:
GÉNESIS 2:15
Tomó, pues, Jehová Dios al hombre y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.
LEVÍTICO 25:23
Además, la tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra es mía; pues vosotros forasteros y extranjeros sois para conmigo.
Eco Espiritual:
La Tierra es el regalo de Dios, un testimonio de Su plenitud y un sagrado encargo para la humanidad. Fuimos puestos en este mundo para labrarlo y guardarlo, reflejando Su generosidad mediante una mayordomía fiel. Valorar su abrumadora belleza y participar en su cuidado se convierte en un profundo acto de adoración y respeto a nuestro Creador. Honra este preciado obsequio con cada acción, reconociendo que le pertenece al Señor, y halla paz en esta responsabilidad.
Dios nos bendice hoy y siempre.
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