RUIDO DE ALABANZA
- Alejandro Burrone

- 3 nov
- 2 Min. de lectura
RUIDO DE ALABANZA
Bienvenidos al Devocional Despertando Con Dios del 1 de Noviembre.
Tema: SABIDURÍA. Clave: FRAGOR.
Mensaje del día: El fragor de la alabanza eleva nuestra fe y nos conecta con el poder de Dios.
Basado en el versículo bíblico de ISAÍAS 12:5 que dice: Alabado sea el Señor, porque ha hecho cosas magníficas, que se sepa esto por toda la tierra.
Enseñanza: El estruendo de nuestras alabanzas glorifica a Dios, llenando cielos y tierra con reconocimiento a su grandeza.
Experiencia Bíblica: Cuando los muros de Jericó se desplomaron, el sonido de las trompetas y el grito del pueblo invadieron el aire, mostrando que el poder del ruido de alabanza es transformador y capaz de tumbar murallas.
Vivencia reciente: Durante un evento de culto, Anabel y su comunidad participaron en un tiempo de alabanza que rejuveneció su espíritu y transformó su entorno. Esta experiencia demostró la importancia del ruido de alabanza como fuerza activa y renovadora.
Oración: Dios sublime, permite que mi alabanza resuene como un testimonio de tu grandeza en mi vida y en el mundo.
Acción: Participa fervientemente en momentos de alabanza, permitiendo que el fragor de tu devoción impacte y renueve tanto a ti como a tu entorno.
Reflexión: La alabanza, cuando se ofrece con sinceridad, produce un impacto poderoso y transformador que nos conecta con lo sagrado y enciende nuestro espíritu de manera sorprendente.
Estudiemos en detalle las siguientes 2 Concordancias Bíblicas para ampliar el concepto:
SALMO 100:1
Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra.
SALMO 66:1
Aclamad a Dios con alegría, toda la tierra.
Eco Espiritual:
Cuando nuestra alabanza se eleva con gozo y fe, el cielo responde y nuestro espíritu se fortalece. Cada canto, cada grito de adoración, tiene el poder de derribar murallas invisibles y abrir puertas de bendición en nuestra vida. Como los muros de Jericó, todo obstáculo se rinde ante el fragor de la devoción que proviene del corazón. Hoy, permite que tu alabanza sea un río de luz que transforme tu entorno y lleve gloria a Dios. Que tu voz se una al coro celestial, proclamando Su grandeza y llenando cada rincón de esperanza y alegría.
Dios nos bendice hoy y siempre.
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