OBRAS DE DIOS
- Alejandro Burrone
- hace 6 días
- 2 Min. de lectura
OBRAS DE DIOS
Bienvenidos al Devocional Despertando Con Dios del 28 de Agosto.
Tema: SERVICIO. Clave: CREAR.
Mensaje del día: La creación es un testimonio continuo de las maravillosas obras de Dios y Su habilidad de traer belleza, orden y propósito al universo.
Basado en el versículo bíblico de SALMO 19:1 que dice: Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
Enseñanza: A través de la creación, vemos testimonio de la grandeza y amor infinitos de Dios en cada parte del mundo.
Experiencia Bíblica: Génesis relata la creación del mundo y el establecimiento del orden divino, una obra perfecta de amor y sabia intención.
Vivencia reciente: Una familia pasa un fin de semana acampando, maravillándose ante las estrellas, recordándose mutuamente que cada creación de Dios es una obra de arte viva.
Oración: Señor, gracias por las obras magníficas de tus manos; abre mis ojos siempre a la maravilla que me rodea para que nunca deje de alabarte.
Acción: Busca maneras de apreciar y cuidar de la creación divina, reconociendo que cada parte de este mundo es resplandeciente evidencia de Su obra y amor eternos.
Reflexión: Reflexiona sobre cómo toda la creación no solo testifica del poder de Dios, sino también te invita a participar en la alabanza continua y consciente del Creador.
Estudiemos en detalle las siguientes 2 Concordancias Bíblicas para ampliar el concepto:
ROMANOS 1:20
Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas.
JOB 12:7-9
Y en efecto, pregunta a las bestias, y ellas te enseñarán; a las aves del cielo, y te lo mostrarán; o habla a la tierra, y te enseñará, y los peces del mar te lo declararán. ¿Cuál de todas estas cosas no entiende que la mano de Jehová las hizo?
Eco Espiritual:
El quebranto no es el final, sino el terreno donde Dios siembra sanidad y esperanza. En medio del dolor, su amor vendrá como bálsamo que restaura lo que parecía perdido. Cada herida, al ser entregada a Cristo, se convierte en testimonio de Su poder redentor. Allí donde hubo lágrimas, brota nueva fuerza, y donde hubo ruinas, surge vida renovada. Así, nuestro quebranto se transforma en luz que guía e inspira a otros hacia la plenitud de su sanidad.
Dios nos bendice hoy y siempre.
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